Es normal que al final de cada entrevista de trabajo te den un espacio para preguntas. Aprovecha ese momento, en la cabeza del entrevistador se quedará ese recuerdo como la última interacción que tuvieron y eso puede ser la diferencia entre salir o avanzar en el proceso.
Algunas preguntas que puedes hacer:
¿Cómo es el proceso de ventas de la empresa y cómo se alinea con los objetivos generales del negocio?
¿Cuáles son los indicadores clave de rendimiento (KPI) o métricas que utilizan para medir el éxito en este puesto?
¿Cómo describiría la cultura de la empresa y la dinámica del equipo?
¿Cómo apoyan el entrenamiento continuo y el desarrollo de habilidades?
¿Podría compartir algunos éxitos o logros recientes del equipo y el impacto que tuvieron en el negocio en general?
¿Qué desafíos enfrenta actualmente el equipo y cómo visualiza que este puesto ayudará a superarlos?
Estas preguntas te ayudarán a demostrar no solo que estás interesado en el puesto, sino que también deseas comprender los procesos de la empresa, su cultura, las oportunidades de crecimiento y los desafíos. Muestra tu disposición para contribuir y adaptarte al equipo, y proporciona información sobre tus aspiraciones a largo plazo y compromiso con el desarrollo profesional.
Ve preparado, siempre lleva preguntas y cierra la entrevista por todo lo alto.
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